En la pista de una vacuna contra el asma alérgico

En la pista de una vacuna contra el asma alérgico

El asma es una enfermedad crónica que afecta a alrededor de 340 millones de personas en el mundo. El asma alérgico representa el 50% del asma en el adulto. En los próximos años, una nueva vacuna contra esta forma podría aparecer. 



En mayo de 2021, el Instituto Pasteur, asociado con el Inserm y la startup francesa NEOVACS, publicaron una investigación a propósito de un proyecto de vacuna contra el asma alérgico probado en ratones. Se trataría de inducir una respuesta inmunitaria a largo plazo contra los elementos del organismo que provocan una alergia. 



Ser asmatico

El asma es una inflamación de los bronquios de los pulmones que provoca crisis que pueden durar desde unos minutos hasta varias horas. La frecuencia de estas crisis varía según los individuos. Las personas afectadas tienen dificultad para respirar, una respiración silbante, una tos seca, una sensación de opresión en el pecho. Aparece cuando hay predisposiciones genéticas (antecedentes familiares) y por culpa de factores que lo favorecen como el tabaquismo, el polen, los acarianos, los pelos de animales, un esfuerzo físico, productos químicos o también la contaminación atmosférica …


El aire pasa en los bronquios. En una persona asmática, las paredes de los bronquios son más espesas y muy sensibles. Los factores favorecedores vistos anteriormente van a provocar una inflamación de estas últimas. La mucosa se dilata y los músculos se contraen, hay una secreción del mucus y el aire pasa con más dificultad. Cuando una persona está en crisis de asma, va a inhalar un broncodilatador, una molécula que obliga a los músculos de los bronquios a relajarse para dejar que el aire pueda pasar de nuevo. A veces, las personas enfermas se ven obligadas a tomar un tratamiento más pesado, corticoides, para acabar con la crisis. Pero esto no siempre es eficaz contra las formas severas.


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Esquema del desencadenamiento de una crisis de asma
(fuente : https://www.barcelonaquiropractic.es/asma-y-el-cuidado-quiropractico/)



Asma alérgico: desencadenantes y consecuencias

Los alérgenos presentes en el atmósfera, tales como los acarianos, los pelos de animales, etc., van a provocar una reacción alérgica en el organismo. En las personas asmáticas, esta reacción alérgica puede ser el origen de una crisis de asma: es lo que se llama el asma alérgico (véase el artículo «¡Soy alérgico doctor, socorro!»)


Con el fin de defenderse contra estos elementos extranjeros, las células inmunitarias van a secretar anticuerpos particulares: los IgE. Estos anticuerpos van a fijarse en los alérgenos y permitir el reclutamiento de los soldados de la inmunidad específicos para su eliminación (véase el artículo «Los mecanismos de la alergia»). Mientras hay una alergia, el organismo produce más anticuerpos que lo necesario, lo que va a crear una inflamación importante.



Una esperanza con la vacuna 

La vacunación permite, por medio de una inyección de una molécula, proteger toda una población contra una enfermedad dada (véase el artículo «La vacunación, nuestro guardaespalda»). En el caso del asma alérgico, se trataría sobre todo de proteger a la persona contra sus propias defensas inmunitarias que tienden a inflamarse demasiado rápido.


La investigación llevada a cabo en el Instituto Pasteur sobre una eventual vacuna aspira a disminuir la producción de los anticuerpos IgE por medio de las interleucinas IL-4 y IL-3. Estas últimas son moléculas que van a contribuir a la producción de los IgE. La vacuna tiene como meta hacer que el organismo produzca anticuerpos dirigidos contra esas interleucinas. Unos tratamientos dirigidos hacia los IgE ya existen, pero el paciente los tiene que tomar a lo largo de toda su vida. Esta vacuna busca prodigar una inmunidad a largo plazo.


En este estudio, los investigadores han establecido una vacuna conjugada. Una vacuna se compone de un antígeno (pequeña molécula presente en la superficie de un patógeno) contra el cual queremos que el organismo desarrolle sus soldados. Una vacuna conjugada se compone de dos antígenos diferentes, uno fuerte y otro débil. El antígeno débil va a producir poco, e incluso ninguna reacción inmunitaria, mientras que el antígeno fuerte va a inducir una muy fuerte reacción inmunitaria. Se conjugan los dos en una misma vacuna para que el organismo active una reacción inmunitaria contra el antígeno fuerte, y por cascada esta reacción inmunitaria reaccionara contra el antígeno débil.


Podemos verlo como una alarma de coche. Cuando un testigo se enciende en el coche, lo llevamos al garaje para arreglar el problema. No es raro que el mecánico encuentre también otros problemas que reparar. En nuestro caso, el antígeno fuerte es la proteína CRM197, un mutante no tóxico (modificada por los investigadores) de la toxina diftérica, es nuestro testigo de coche que hace que lo llevamos al garaje. El sistema inmunitario va a ser activado por esta proteína desconocida que piensa patógena. De hecho, se usa en numerosas otras vacunas conjugadas. Los antígenos débiles son las interleucinas IL-4 e IL-13 recombinantes. Estas últimas tienen estructuras muy parecidas a las IL-4 e IL-13 presentes en el organismo pero no pueden inducir la producción de IgE. Se trata de los pequeños problemas del coche de los que ni nos hubiésemos dado cuenta si no la hubiéramos llevado al mecánico.



Esquema del funcionamiento de una vacuna conjugada



Esta vacuna conjugada fue probada sobre ratones. Los resultados han mostrado que 6 semanas después de la primera inyección, el 90% de los ratones tenían una fuerte tasa de anticuerpos dirigidos contra los IL-4 y los IL-13, lo suficientemente fuerte para neutralizar la actividad de las interleucinas e impedir la producción de IgE. Después de un año, el 60% de los ratones conservan una tasa de anticuerpos. Los investigadores también han podido constatar que la vacuna disminuye los síntomas del asma y no presenta efectos secundarios.  


Representación de la tasa de anticuerpos contra las interleucinas IL-4 y IL-13 en los ratones
 6 semanas y 12 meses después de la inyección de la vacuna



Estos resultados son muy prometedores y dejan insinuar que con una segunda dosis de esta vacuna, la tasa de anticuerpos aumentan de nuevo. Queda ahora efectuar los ensayos clínicos, es decir unas pruebas supervisadas de esta vacuna en personas voluntarias, enfermas o no, con el fin de determinar las dosis que administrar, los potenciales efectos secundarios y el número de inyecciones necesarias para que la inmunidad sea óptima.




Fuentes:


1)   Eva Conde et al. Dual vaccination against IL-4 and IL-13 protects against chronic allergic asthma in mice. Nature. 2020.

2)   Sophie Laffont et al. Biais de sexe dans l’asthme allergique. Med Sci. 2018.

3)   https://www.qare.fr/sante/asthme/allergique/

4)   https://www.ameli.fr/assure/sante/themes/asthme/asthme-comprendre-0

5)   https://www.futura-sciences.com/sante/definitions/sante-vaccin-conjugue-13560/

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4 m
19 de noviembre de 2024
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